En el año 2014 un grupo de ciudadanos comprometidos con la sociedad, expresan su inquietud con respecto a que en el país hay varios niños en situación de riesgo que abandonan sus estudios por una falta de apoyo, y bajo esa inquietud, sienten la necesidad de buscar una solución, si bien eran conscientes de que no podrían dar una solución integral en forma macro, por lo cual comenzaron a debatir en posibles soluciones a la problemática dentro de un contexto micro.
Después de varias reuniones se proponen pasar de la retorica a la acción, y visitan varias fundaciones en donde ellos consideraban que podrían aportar algún tipo de solución o alivio con su trabajo.
Es así que llegan hasta la Fundación Esperanza, una organización sin fines de Lucro que trabajaban con niños en situación de vulnerabilidad en la Ciudad de Ita, y en ese lugar es donde estos ciudadanos comprometidos sienten el llamado de la filantropía, y a partir de ese momento comenzaron a realizar diversas actividades para apoyar financieramente a la Fundación Esperanza, y a través de ella la alegría de ayudar directamente a los niños que guardaban la esperanza de ser ciudadanos útiles para sus familias y a la sociedad.
Es así que a partir del año 2014, estos ciudadanos libres y de buenas costumbres realizan la primera actividad de recaudación de fondos, el cual lleva la denominación de Costillón Fraterno, y que desde esa fecha se ha venido realizando sin interrupción hasta estos días.